El cambio climático no solo ha transformado los patrones climáticos y aumentado la intensidad de los huracanes, sino que también ha exacerbado el impacto de amenazas invisibles, como la bacteria Vibrio vulnificus, que está causando estragos en la salud pública y en la industria pesquera. Este microorganismo, que prospera en aguas cálidas y salobres, ha sido identificado como uno de los responsables del creciente número de infecciones y muertes en las regiones costeras de Estados Unidos.

El pasado otoño, las devastadoras inundaciones ocasionadas por los huracanes en el oeste de Florida arrasaron comunidades enteras y llevaron consigo aguas contaminadas tierra adentro. Estas condiciones crearon el entorno perfecto para que Vibrio vulnificus proliferara, enfermando a 82 personas en Florida y causando la muerte de 16 hasta principios de diciembre de 2024, según los últimos datos.

Vibrio vulnificus prospera en aguas cuya temperatura supera los 15 grados Celsius, como las del golfo de México y el océano Atlántico. Con el aumento de las temperaturas debido al cambio climático, la bacteria está expandiendo su rango geográfico hacia el norte. Donde antes se limitaba al sur de Georgia, ahora está presente en toda la costa este, llegando incluso a las proximidades de Nueva York, y se espera que para 2041 las infecciones sean comunes en esta región.

La expansión de esta bacteria no se limita a Estados Unidos. En regiones como el mar Báltico y las costas de Chile, donde el calentamiento de las aguas ha sido más pronunciado, también se han registrado aumentos significativos en las infecciones por Vibrio.

Un enemigo letal y desconocido

Vibrio vulnificus es conocido por causar infecciones graves que afectan la piel, el sistema gastrointestinal y el torrente sanguíneo. Estas infecciones, denominadas vibriosis, pueden ser letales si no se tratan con rapidez. Los síntomas incluyen fiebre, dolor intenso, hinchazón, secreción de heridas, diarrea, vómitos y, en casos graves, septicemia. Las tasas de mortalidad alcanzan el 20%, con algunas víctimas falleciendo en menos de 48 horas desde la infección.

El doctor Salvador Almagro-Moreno, investigador en el Hospital de Investigación Infantil St. Jude de Memphis, advierte sobre la velocidad con la que Vibrio vulnificus puede multiplicarse dentro del cuerpo humano: "Estas bacterias encuentran en el huésped un entorno cálido y rico en nutrientes, lo que les permite proliferar rápidamente".

Además, no todas las especies de Vibrio son peligrosas. Existen más de 100 especies, pero solo cuatro son responsables de la mayoría de las infecciones humanas. Entre ellas se encuentra Vibrio cholerae, que provoca el cólera y afecta a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, los científicos aún no comprenden del todo qué hace que ciertas cepas de Vibrio vulnificus sean tan letales ni qué factores ambientales permiten su proliferación.

El aumento de Vibrio vulnificus no solo amenaza la salud pública, sino que también está causando estragos en la industria pesquera. Piscifactorías de tilapia y gambas han reportado tasas de mortalidad de hasta el 80% tras brotes de Vibrio, mientras que la contaminación de ostras y almejas pone en peligro la seguridad alimentaria y la economía de las comunidades costeras.

Maya Burke, subdirectora del Programa del Estuario de la Bahía de Tampa, señala que las aguas estancadas y cálidas tras las inundaciones son ideales para la proliferación de la bacteria. Los análisis realizados tras los huracanes confirmaron la presencia de Vibrio vulnificus en la región, aunque todavía no se dispone de datos precisos sobre la cantidad ni los tipos específicos de bacterias encontradas.

Los expertos recomiendan tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de infección. Mohammad Moniruzzaman, microbiólogo de la Universidad de Miami, sugiere evitar el contacto con aguas costeras si se tienen heridas abiertas o cubrirlas con apósitos resistentes al agua. Además, aconseja cocinar bien los mariscos, ya que el consumo de ostras o almejas crudas es una de las principales vías de infección.

"En Nueva Orleans, la tradición culinaria de freír o asar almejas y ostras ha demostrado ser una práctica más segura que consumirlas crudas", afirma Almagro-Moreno, destacando la importancia de adaptar nuestras costumbres alimentarias a los riesgos emergentes.

Por otro lado, los organismos internacionales están trabajando para mejorar la vigilancia de esta bacteria. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades ha desarrollado mapas predictivos que identifican las condiciones propicias para la proliferación de Vibrio, mientras que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recopilan datos sobre infecciones, aunque los informes son incompletos y no abarcan todos los casos.

A medida que el cambio climático continúe calentando las aguas de los océanos, es probable que las infecciones por Vibrio vulnificus sigan aumentando, tanto en número como en alcance geográfico. La comunidad científica trabaja contrarreloj para comprender mejor a este enemigo microscópico y desarrollar estrategias efectivas para prevenir su impacto.

Mientras tanto, la clave está en la educación, la vigilancia y la acción rápida. Los expertos coinciden en que, con una respuesta adecuada, podemos mitigar los riesgos y proteger tanto la salud pública como los ecosistemas afectados por esta creciente amenaza.

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